jueves, 26 de agosto de 2010

Adentrandonos en China: Chengdu y Xi'an

Llegamos finalmente a Chengdu tras 43 horas de tren desde Lasa, junto con Leslie la canadiense. Nada mas salir de la estacion de tren nos ofrecieron ir a un albergue del que ya teniamos buenas referencias y además nos pagaban el taxi..así que nos vino de perlas.
Según avanzamos con el taxi nos ibamos quedando con la boca abierta de ver la ciudad, parecía que estabamos recorriendo Nueva York u otra gran capital: avenidas super anchas, muchisimos taxis modernos (casi todos con televisión dentro!), autobuses urbanos parecidos a los de madrid..y sobre todo muchos edificios de nueva construcción altísimos y destelleantes..así como múltiples zonas residenciales de edificios también muy altos. Y una cosa que me sorprendió gratamente y que hemos seguido viendo después en todas las ciudades, es que tienen muchísimos y amplios carriles bici por los que también circulan innumerables scooter eléctricos, apenas vimos un par de motos a gasolina. Chengdu es la quinta ciudad con mas habitantes de China, y ya tiene bastantes mas que Madrid.
El albergue resultó estar en todo el centro de Chengdu en un barrio que han conservado siguiendo la arquitectura antigua y las calles peatonales, y el propio albergue era una casa reformada del siglo XVII que conservaba su entrada y su patio interno al estilo antiguo.
En el mismo Chengdu no hay demasiado que visitar, lo más destacado es el templo Wenshu, donde pudimos admirar por primera vez templos al estilo chino, que pese a ser también budista, la arquitectura era totalmente distinta..y desde mi punto de vista una preciosidad. El templo tenía en su interior en gran jardín desde el cual apenas se podían oir los ruidos de la calles, y disfrutamos comiendo en un restaurante vegetariano que había dentro, los primeros platos de la provincia de Shichuan, famosos por el picante!
El segundo día en Chengdu fuimos a visitar la reserva de crias de Osos Panda al centro mas famoso de China y expertos en repdroducción in vitro. Allí los pandas viven en cautividad, pero tienen grandes espacios en zonas boscosas iguales a su habitat natural. Cuando llegamos muy temprano, era su hora de la comida, así que los pudimos ver un buen rato cerca de la valla comiendo y a los más jovenes jugando sin parar..la verdad que daban ganas de llevarse uno a casa para abrazarlo :) También pudimos ver a pandas recién nacidos y también al panda rojo, también amenazado de extinción.
Este segundo día teniamos pensado ir a ver el gran buda de Leshan, una estatua de buda esculpido sobre la misma roca con unos 70 metros de altura..pero cayó un diluvio que hizo que se inundaran muchas calles y como teniamos que coger el tren nocturno otra vez de desde Chengdu, no quisimos arriesgarnos a quedarnos atascados por el camino a Leshan..así que cancelamos la visita.
Haciendo un paréntesis en el relato, tengo que decir que en nuestra habitación del albergue había un francés que había llegado a China andando desde Francia!!Llevaba dos años andando y aún seguía...según decía, hasta que se le acabase el dinero..INCREIBLE! A lo mejor vemos una peli sobre su viaje en un futuro jeje.
De Chengdu fuimos a Xian, que fue aventura porque no conseguimos billetes de litera y tuvimos que ir en asiento toda la noche..pero dentro de lo que cabe, nos toco de compañeros a un grupo de jovenes que eran bastante educados.
Ya en Xian, la atracción estrella es ir a ver los Guerreros de Terracota, un ejercito de mas de 6000 soldados y cabllaos enterrados hechos a tamaño real con todo tipo de detalles (dicen que no hay una sola cara igual) y lo mas impactante, hechos antes de Cristo, mas de dos mil años. Lamentablemente los techos que los protegían no los hicieron con tanta finura y se vinieron a bajo, con lo que solo han encontrado a un guerrero intacto, el resto los están reconstruyendo como si fuera un puzzle, pieza por pieza. Desde luego es muy impactante de ver y sobre todo imaginar cuando todo el ejercito estuvo terminado y en pie defendiendo la tumba del emperador.
De vuelta en Xian, dimos un paseo nocturno por el concurrido barrio muslmán, que se ha convertido en una especie de mercadillo en las calles, con puestos de comida y tiendas con todo tipo de souvenirs.
Las otras dos grandes “atracciones turísticas” de Xian es dar un paseo por la gran muralla que rodea todo el centro y ver un espectaculo de luces y fuentes frente a la gran pagoda del gran ganso. Ambas cosas tuvieron sus momentos mágicos.
Pero lo que realmente fue mágico fue subir al Monte Hua Shan, que está como a dos horas de distancia de Xian. En el monte Hua Shan se encuentran templos taoistas hechos casi en equilibrio en sus cumbres (desde 1600m hasta 2200m). Lo increible del sitio es cómo son estas montañas, ya que son grandes paredes casi verticales de granito con vegetación creciendo casi por todas partes y agua saliendo a borbotones de entre las rocas. Y no se les ocurrió otra cosa a los monjes taoistas, que edificar sus templos en las cumbres, con cortados de cientos de metros a ambos lados. Y para llegar a ellas, esculpieron sobre el granito escaleras. Lamentablemente para el lugar, es que el turismo ha primado por encima de conservar el encanto del sitio, y han construido un gran teleferico que te deja en la cumbre norte, que es la mas baja de todas. Así que te puedes encontrar gente con mini falda y tacones..pero sobre todo: mucha gente!! Nosotros fuimos andando de la cumbre norte hasta la sur, la más alta. Son más de 500 metros de desnivel en 2 km en los que toda la altura se gana a base de subir escalones tallados sobre la roca..así que hay que preparar bien los gemelos y cuadriceps jeje. Cuando ya casi se está llegando a la cumbre sur hay una variante que es solo para los más intrépidos (no es para tanto, pues alquilan arneses y está asegurado): se trata de una vía ferrata de unos 200 metros en los que se recorre horizontalmente una pared vertical. La gracia del sitio es poder ver hacia abajo en su totalidad la pared, ya que tiene una altura de casi 400 metros, pero no pudimos deleitarnos de semejantes vistas pues había niebla, así que nos contentamos con imaginarnos el vacío detrás de la niebla. Bueno, y pensaréis, ¿a donde llegaba ese “camino”? Pues a un mini-templo!! efectivamente, este recorrido lo hacían los propios monjes (antes de que existieran arneses ni mosquetones..etc. :P) para hacer ofrendas..lo que no sabemos si las ofrendas eran de vez en cuando sus propias vidas cayendo al vacío.
Y empapaditos y frios volvimos a Xian: ducha y cena rápida y al tren nocturno de nuevo rumbo a Pingyao!

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