martes, 17 de agosto de 2010

8 dias en el Tibet


Hace ya tiempo que no escribo y estamos en el tren saliendo del Tibet rumbo al mismísimo centro de China, Chengdu. Hasta ahora no he conseguido publicar en el blog lo acontecido en Nepal, porque la web del blog no está accesible desde China y aún no he visto la manera de publicar por otros medios, pero al menos tengo el netbook que me trajo Dol para poder escribir off-line.
El viaje organizado hasta Lhasa desde Kathmandu resultó ser una decepción desde el punto de vista organizativo. Lo que esperabamos que fuera un grupo pequeño con el que compartir el viaje, acabó siendo un viaje que ni los del imserso, eramos 46 personas..y por tanto, 2 autobuses llenos. Una vez asimilado el trago intentamos disfrutar del viaje y tomarnoslo positivamente y con gracia compartiendo la experiencia con la gente que fuimos conociendo. En este sentido hemos podido practicar mucho nuestro italiano casi ya olvidado, ya que había un buen puñado de italianos muy simpáticos.
El primer día del trayecto debía ponernos ya en tierras chinas, para dormir unos 20 km pasada la frontera...pero un corrimiento de tierra bloqueó la carretera en parte nepalí y nos retrasó las horas suficientes como para encontrarnos la frontera cerrada pese a ser las 15h de la tarde, así que tuvimos que domir en el pueblo nepalí que está en la frontera. El recorrido en autobus del primer día fue muy espectacular, un puerto interminable entre gran vegetación y precipicios infinitos hasta los grandes ríos que bajan cargados en esta eṕoca de lluvias. De camino pudimos ver uno de los saltos de bungee mas altos de Asia (o al menos así lo publicitan) 160 metros de caída en un cañón muy cerrado y lleno de vegetación. Realmente me hubiera encantado probar, pero ya había preguntado y no había tiempo de detenernos.
El segundo día ya cruzamos la frontera (es un puente que sortea un gran río y que se cruza andando)   y pudimos notar en nuestras propias carnes como cambiaba la cosa al entrar en China. Un edificio super moderno y múltiples controles policiales, entre ellos, había uno que te obligaba a abrir absolutamente toda la maleta. Lo que buscaban principalmente eran libros que contuvieran información sobre Tibet o fotos de monjes budistas tibetanos, pero también cualquiera que tuviera un mapa de China en el que Taiwan no apareciera como parte de China. Menos mal que ya estabamos informados y arrancamos todas las páginas de nuestra guía de China que pudieran ser problemáticas y no hubo problemas. A partir de cruzar la frontera había controles casi cada 30 km donde había que enseñar pasaporte y el visado especial de Tibet.
Este segundo día causó estragos entre el grupo, ya que desde la frontera a 1700-1800 metros llegamos a pasar puertos a mas de 5100 metros, y raro fue aquel que no sintiera las consecuencias del mal de altura. Entre los que peor lo pasaron hubo vómitos, diarreas y grandes dolores de cabeza. Además, como ibamos con retraso y uno de los buses no deja de romperse cada par de horas, no llegamos al destino planificado para el segundo día y tuvimos que dormir en un albergue en un pequeño pueblo auténtico tibetano a mas de 4100 metros de altura y abrigados hasta los topes. Pese a la altura,  pudimos disfrutar de un paisaje verdaderamente de otro mundo, y cuando ya estaba anocheciendo, pese a haber nubes altas frecuentemente, pudimos contemplar a lo lejos del sol poniendose casi detrás del Sisha Pagma, uno de los 14 ochomiles.
El tercer día comenzó de manera mejor imposible, con el Cho Oyu (el ochomil mas bajo) despejado y tan cerca que parecía que se pudiera llegar en un solo día, no comments!! Más adelante pasamos por el punto mas alto de todo el recorrido y una de las carreteras mas altas del mundo (creo que la segunda), y debo decir con total certeza, que el más alto de cuanto pueda estar en el resto del viaje: 5215 metros! El resto del viaje nos condujo hasta Ghiatse, la primera ciudad grande que visitamos donde hay un gran monasterio que visitamos al día siguiente y el primer contacto con los templos y monasterios budistas tibetanos.
El cuarto día fuimos hasta Shigatse, también por parajes inolvidables, y visitamos nuevamente un gran monasterio que tenía mas de 2000 esculturas budistas.
El último día de autobus hasta Lhasa era bastante largo, pero se amenizó mucho por los paisajes, distintos a los otros días, ya que bordeamos inmensos lagos de aguas turquesas y también cruzamos un puerto por encima de 5000 metros donde quedaba un glaciar en la parte oeste muy cerca de la carretera y un pico de más de 7000 metros justo encima de nuestras narices (llegar al campamento base en coche es un lujo inigualable jeje)..así que hubo muchas paraditas para estirar piernas y hacer fotos.
La llegada a Lhasa, pese a ya estar informados, fue un verdadero shock. Lhasa es hoy en día una ciudad china super nueva (apenas llega a los 40 años que empezaron a llegar los chinos) y moderna.  Anchas avenidas, edificios nuevos, muchísimas tiendas modernas, aceras, arboles, calles limpias..Hoy en día hay muchísima mas gente que procede de China que descendientes directos de tibetanos..y además hay más militares que tibetanos. Así que mucho me temo, que jamás volverán las cosas a ser como eran...aunque parece ser que ahora los budistas tibetanos han recuperado ciertas costumbres que se les habían sido negadas, como la de dar vueltas rezando al templo que se erige enmedio de la ciudad en el sentido de las agujas del reloj. Otra cosa que nos llamó la atención  es que hay muchos muchos muchos turistas chinos, algo que me sorprendió enormemente, ya que pensaba que  era poco mas que un lujo hacer turismo, pero estaba muy equivocado. Además como ahora hay mas libertad de religión, es comprensible que vayan a Tibet, ya que es la religión predominante en China.
Más allá de esto y una vez asumido, aún queda en pie el palacio de Pothala, que es donde residía el Dalai Lama y es de los pocos edificios con carácter religioso que no fue destruido. La verdad que es digno de ver y permite sumergirte en la vida que debieron llevar los miles de monjes que allí vivían...y por curiosidad, hay una tumba de uno de los Dalai Lamas que tiene 3200 kg de oro macizo!! no sé cuanto valdrá eso, pero me da que para unas cañitas nos llega :P.
En Lhasa también visitamos un par de monasterios mas en dos días. Luego nos llegó la sopresa por parte de la agencia diciendonos que no había tren para el día que teniamos contrado, que lo “sentian mucho”. Nos cabreamos mucho porque no queriamos estar ya mas días en Lhasa y al menos conseguimos que nos pagaran la noche extra de hotel y el desayuno. Pero como no hay mal que por bien no venga, buscamos un guía para que nos llevara de excursión el día extra (necesitabamos ejercicio!!) y resultó ser todo un acierto y una alegría! El guía era un chico joven tibetano que se lo curró un montón, de camino por la excursión pasamos por un par de pequeños monasterios no vigilidos en los que apenas vivian 5 monjes. En uno de ellos un monje nos invitó a sentarnos y a tomar té y nos contó como el junto con otros monjes reconstruyeron el monasterio después de que fuera arrasado con la invasión. Esto no es nada normal, ya que tienen prohibido hablar de todo eso y mucho menos criticar a los chinos. Pero tuvimos suerte de tener un guía rebelde que se despachó a gusto y dijo que no le gustaba ningún chino y que no olvidaban lo que han hecho. Además ha intentado escapar ya dos veces cruzando el Himalaya hacia Nepal, una invierno en la que no pudo por el frío y la nieve; y otra en verano en la que no pudo cruzar el rio que separa los dos paises, porque llevaba mucha agua. Así que como imaginareis, también aprovechamos a preguntar todo lo que los otros guías no habían querido contestar (por miedo a perder sus trabajos). A parte de esto, la excursión fue maravillosa, subimos a un pico de la cordillera norte del valle de Lhasa que además que tiene algo de sagrado para los tibetanos, superaba los 4300 metros (empezamos a 3600) y pese a faltar el aliento en la subida la disfrutamos mucho.
Así que aquí nos encontramos, superando nuevos records, en el tren más alto del mundo (pasa por encima de los 5000 m.) rumbo a Chengdu, en un viaje de casi 3000kms y aún no sabemos si son 30 horas o 45..jejeje...pensabamos que eran 30, pero la chica canadiense con la que también coincidimos en el viaje desde Kathmandu y viene en el tren, dice que son 45. Pero este tren no tiene nada que ver con los indios, es super moderno, cómodo, ventanas muy amplias para ver el paisaje, tren restaurante...en fin, todo un lujo! Por cierto, a parte de las cosas negativas que he contado de los chinos, debo decir que me tienen verdaderamente admirado, y además la gente con la que hemos coincidido, pese a no poder comunicarnos, son muy muy amables y sonrientes, bastante mas que los indios y nepaliés (hasta el momento)....pero dejo mis impresiones para mas adelante, cuando haya visto más cosas del país...pero lo que es seguro, es que es mucho más moderno de lo que me esperaba.
Hasta la próxima!

1 comentario:

  1. Cuevas dice-->

    Hola chaval! me tenías ya preocupao con tanta agua que ha caído por allí y tu sin dar señales. Que, aunque no te diga nada, de vez en cuando le echo un vistazo al blog a ver si sigues vivo.

    Un abrazo!

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