domingo, 29 de agosto de 2010

jueves, 26 de agosto de 2010

La China clásica: Pingyao y Beijing

Llegamos a Pingyao a las 7 de la mañana y dejamos las mochilas en la estación de tren, ya que teniamos a las 14 el siguiente tren rumbo a Pekín. Aunque 7 horas dan mucho de sí si visitas la ciudad en bici jeje. Efectivamente, alquilamos unas bicis y fue todo un acierto.
Pingyao es de interés porque es de las pocas ciudades que ha conservado su muralla y su centro sin ser reformado. Debido principalmente a que era una zona pobre, no se pudo rehabilitar..pero sin duda hoy se alegran pues el turismo deja mucho dinero. Así que todo el centro dentro de la muralla es peatonal, las casas de una o dos plantas siguiendo la arquitectura tradicional, callejuelas super estrechas...etc. Es una delicia recorrerla en la bici, sobre todo antes de que llegaran todos los turistas..pero para entonces decidimos hacer un plan menos turístico y dimos toda la vuelta a la ciudad pegados a la muralla por el interior..algo menos de 10 kms donde casi no nos cruzamos con nadie. Después comimos en un restaurante que era una antigua casa reformada y otra vez a nuestro querido tren jeje.

Llegamos a Beijing a eso de las 4 de la mañana, madrugón! Pero ya que estabamos despiertos, que es siempre lo más dificil, decidimos ir a la Gran Muralla, pero como teniamos tiempo (y tanto!), fuimos a una parte de la muralla mas alejada y mucho menos turística. Esta parte se llama la Gran Muralla de Jian Shiling, a unos 130kms.
Entre que abrieron el metro, buses locales, aventuras y desventuras para averiguar como llegar (el último tramo tuvimos que coger taxi ya que no había buses). Llegamos allí como a las 9:30. Pero sin duda mereció la pena. En esta ocasión debo reconocer estar de acuerdo con lo de las “7 maravillas hechas por el hombre”, y sin duda algo increíble. No es el hecho de la muralla en sí (que es eso:una muralla!), sino es el recorrido que traza, siguiendo las lomas de las montañas, con un atalón en cada mini-cumbre, serpenteando y perdiéndose en el infinito entre verdaderas cumbres montañosas. Una vez más, el hombre antepasado nos deja un nuevo “regalo” que no podemos sino admirar... me pregunto qué dejaremos nosotros a nuestros descendientes.
Lo más irónico de todo, es que después de tantísimos kilómetros de muralla, los invadieron igualmente jeje...dicen que los mongoles no tuvieron más que sobornar a los que custodiaban una parte.
Disfrutamos mucho con la excursión por la muralla y sobre todo porque había poca gente y era como pasear por la naturaleza por un camino elevado.
Para la vuelta de la muralla, nos acoplamos con un grupo oranganizado que volvía directamente a Pekín en un mini-van, tras negociar un poquillo con su conductor :) Además, la mayor parte del grupo de la furgoneta iba a uno de los youth hostel donde teniamos pensado mirar alojamiento, así que nos dejaron en la misma puerta del albergue..mejor imposible! El sitio además resultó estar bastante bien y una zona muy buena, tranquila pero cerca de la plaza de Tiananmen.
Beijing, o lo poco que hemos podido ver de ella (ya que es inmensa) parece una ciudad de contrastes, a la vez moderna; con el metro, trenes de alta velocidad, zonas de grandes edificios, amplias avenidas, etc...pero también conserva zonas que casi la hacen parecer un pueblo rural (precisamente donde estaba nuestro albergue): calles estrechas, muchas bicicletas, la gente haciendo vida en la calle, jugando a las cartas, hablando con los vecinos, vendiendo comida o fruta..etc.
La verdad que el turismo en Beijing se ha hecho “difícil” por la cantidad de turistas chinos que había...por mas que diga toda la gente que había, esteréis lejos de acercaros a la realidad..bastante agobiante. Pero bueno, pese a ello dimos un paseo por la gran plaza de Tiananmen (testigo de tantos eventos) y ahora bajo la “atenta mirada” del mauseoleo de Mao. Y después nos adentramos en la ciudad prohibida, donde vivían los emperadores y muy poco tenian acceso a ella (ojalá fuera igual ahora!! prohibida a los turistas!! jejeje es broma, es que había muuuchos!entre ellos, nosotros, claro :P).
Nuestro último día en Beijing fue para visitar el palacio de verano, que nos gustó mucho y se estaba bastante más fresquito y tranquilo paseando por los árboles, los canales y el lago.
Gastronomicamente hablando, debo decir que nos está encantando la comida en china, casi todo lo que probamos nos gusta..pero sin duda el plato estrella que ha hecho que salivemos al pensar otra vez en el, es el “pato a la pekinesa”..toda una delicia!!porque no lo harán igual en España!! argg!
Por lo general nos está resultando bastante cómodo viajar por China, y eso que la barrera del idioma es muy grande..aunque tarde, estoy intentando hacer los deberes de chino, y cada día intento aprender algo nuevo, aunque de tenerlo escrito a decirlo y que te entiendan va un mundo! lo de las tonalidades es complicado para nosotros.. de momento sé decir: agua, cerveza!, arroz, tallarines, pollo, cerdo, cocido, frito, hola, gracias, los numeros, si, quiero, bueno bueno!...y no sé si algo mas..jeje..pero bueno, mas vale tarde que nunca!
Y después de tres dias en Beijing, ya estamos de nuevo viajando en otro tren litera..de camino a la capital financiera de la nueva china: Shanghai. TO BE CONTINUED...

Adentrandonos en China: Chengdu y Xi'an

Llegamos finalmente a Chengdu tras 43 horas de tren desde Lasa, junto con Leslie la canadiense. Nada mas salir de la estacion de tren nos ofrecieron ir a un albergue del que ya teniamos buenas referencias y además nos pagaban el taxi..así que nos vino de perlas.
Según avanzamos con el taxi nos ibamos quedando con la boca abierta de ver la ciudad, parecía que estabamos recorriendo Nueva York u otra gran capital: avenidas super anchas, muchisimos taxis modernos (casi todos con televisión dentro!), autobuses urbanos parecidos a los de madrid..y sobre todo muchos edificios de nueva construcción altísimos y destelleantes..así como múltiples zonas residenciales de edificios también muy altos. Y una cosa que me sorprendió gratamente y que hemos seguido viendo después en todas las ciudades, es que tienen muchísimos y amplios carriles bici por los que también circulan innumerables scooter eléctricos, apenas vimos un par de motos a gasolina. Chengdu es la quinta ciudad con mas habitantes de China, y ya tiene bastantes mas que Madrid.
El albergue resultó estar en todo el centro de Chengdu en un barrio que han conservado siguiendo la arquitectura antigua y las calles peatonales, y el propio albergue era una casa reformada del siglo XVII que conservaba su entrada y su patio interno al estilo antiguo.
En el mismo Chengdu no hay demasiado que visitar, lo más destacado es el templo Wenshu, donde pudimos admirar por primera vez templos al estilo chino, que pese a ser también budista, la arquitectura era totalmente distinta..y desde mi punto de vista una preciosidad. El templo tenía en su interior en gran jardín desde el cual apenas se podían oir los ruidos de la calles, y disfrutamos comiendo en un restaurante vegetariano que había dentro, los primeros platos de la provincia de Shichuan, famosos por el picante!
El segundo día en Chengdu fuimos a visitar la reserva de crias de Osos Panda al centro mas famoso de China y expertos en repdroducción in vitro. Allí los pandas viven en cautividad, pero tienen grandes espacios en zonas boscosas iguales a su habitat natural. Cuando llegamos muy temprano, era su hora de la comida, así que los pudimos ver un buen rato cerca de la valla comiendo y a los más jovenes jugando sin parar..la verdad que daban ganas de llevarse uno a casa para abrazarlo :) También pudimos ver a pandas recién nacidos y también al panda rojo, también amenazado de extinción.
Este segundo día teniamos pensado ir a ver el gran buda de Leshan, una estatua de buda esculpido sobre la misma roca con unos 70 metros de altura..pero cayó un diluvio que hizo que se inundaran muchas calles y como teniamos que coger el tren nocturno otra vez de desde Chengdu, no quisimos arriesgarnos a quedarnos atascados por el camino a Leshan..así que cancelamos la visita.
Haciendo un paréntesis en el relato, tengo que decir que en nuestra habitación del albergue había un francés que había llegado a China andando desde Francia!!Llevaba dos años andando y aún seguía...según decía, hasta que se le acabase el dinero..INCREIBLE! A lo mejor vemos una peli sobre su viaje en un futuro jeje.
De Chengdu fuimos a Xian, que fue aventura porque no conseguimos billetes de litera y tuvimos que ir en asiento toda la noche..pero dentro de lo que cabe, nos toco de compañeros a un grupo de jovenes que eran bastante educados.
Ya en Xian, la atracción estrella es ir a ver los Guerreros de Terracota, un ejercito de mas de 6000 soldados y cabllaos enterrados hechos a tamaño real con todo tipo de detalles (dicen que no hay una sola cara igual) y lo mas impactante, hechos antes de Cristo, mas de dos mil años. Lamentablemente los techos que los protegían no los hicieron con tanta finura y se vinieron a bajo, con lo que solo han encontrado a un guerrero intacto, el resto los están reconstruyendo como si fuera un puzzle, pieza por pieza. Desde luego es muy impactante de ver y sobre todo imaginar cuando todo el ejercito estuvo terminado y en pie defendiendo la tumba del emperador.
De vuelta en Xian, dimos un paseo nocturno por el concurrido barrio muslmán, que se ha convertido en una especie de mercadillo en las calles, con puestos de comida y tiendas con todo tipo de souvenirs.
Las otras dos grandes “atracciones turísticas” de Xian es dar un paseo por la gran muralla que rodea todo el centro y ver un espectaculo de luces y fuentes frente a la gran pagoda del gran ganso. Ambas cosas tuvieron sus momentos mágicos.
Pero lo que realmente fue mágico fue subir al Monte Hua Shan, que está como a dos horas de distancia de Xian. En el monte Hua Shan se encuentran templos taoistas hechos casi en equilibrio en sus cumbres (desde 1600m hasta 2200m). Lo increible del sitio es cómo son estas montañas, ya que son grandes paredes casi verticales de granito con vegetación creciendo casi por todas partes y agua saliendo a borbotones de entre las rocas. Y no se les ocurrió otra cosa a los monjes taoistas, que edificar sus templos en las cumbres, con cortados de cientos de metros a ambos lados. Y para llegar a ellas, esculpieron sobre el granito escaleras. Lamentablemente para el lugar, es que el turismo ha primado por encima de conservar el encanto del sitio, y han construido un gran teleferico que te deja en la cumbre norte, que es la mas baja de todas. Así que te puedes encontrar gente con mini falda y tacones..pero sobre todo: mucha gente!! Nosotros fuimos andando de la cumbre norte hasta la sur, la más alta. Son más de 500 metros de desnivel en 2 km en los que toda la altura se gana a base de subir escalones tallados sobre la roca..así que hay que preparar bien los gemelos y cuadriceps jeje. Cuando ya casi se está llegando a la cumbre sur hay una variante que es solo para los más intrépidos (no es para tanto, pues alquilan arneses y está asegurado): se trata de una vía ferrata de unos 200 metros en los que se recorre horizontalmente una pared vertical. La gracia del sitio es poder ver hacia abajo en su totalidad la pared, ya que tiene una altura de casi 400 metros, pero no pudimos deleitarnos de semejantes vistas pues había niebla, así que nos contentamos con imaginarnos el vacío detrás de la niebla. Bueno, y pensaréis, ¿a donde llegaba ese “camino”? Pues a un mini-templo!! efectivamente, este recorrido lo hacían los propios monjes (antes de que existieran arneses ni mosquetones..etc. :P) para hacer ofrendas..lo que no sabemos si las ofrendas eran de vez en cuando sus propias vidas cayendo al vacío.
Y empapaditos y frios volvimos a Xian: ducha y cena rápida y al tren nocturno de nuevo rumbo a Pingyao!

martes, 17 de agosto de 2010

8 dias en el Tibet


Hace ya tiempo que no escribo y estamos en el tren saliendo del Tibet rumbo al mismísimo centro de China, Chengdu. Hasta ahora no he conseguido publicar en el blog lo acontecido en Nepal, porque la web del blog no está accesible desde China y aún no he visto la manera de publicar por otros medios, pero al menos tengo el netbook que me trajo Dol para poder escribir off-line.
El viaje organizado hasta Lhasa desde Kathmandu resultó ser una decepción desde el punto de vista organizativo. Lo que esperabamos que fuera un grupo pequeño con el que compartir el viaje, acabó siendo un viaje que ni los del imserso, eramos 46 personas..y por tanto, 2 autobuses llenos. Una vez asimilado el trago intentamos disfrutar del viaje y tomarnoslo positivamente y con gracia compartiendo la experiencia con la gente que fuimos conociendo. En este sentido hemos podido practicar mucho nuestro italiano casi ya olvidado, ya que había un buen puñado de italianos muy simpáticos.
El primer día del trayecto debía ponernos ya en tierras chinas, para dormir unos 20 km pasada la frontera...pero un corrimiento de tierra bloqueó la carretera en parte nepalí y nos retrasó las horas suficientes como para encontrarnos la frontera cerrada pese a ser las 15h de la tarde, así que tuvimos que domir en el pueblo nepalí que está en la frontera. El recorrido en autobus del primer día fue muy espectacular, un puerto interminable entre gran vegetación y precipicios infinitos hasta los grandes ríos que bajan cargados en esta eṕoca de lluvias. De camino pudimos ver uno de los saltos de bungee mas altos de Asia (o al menos así lo publicitan) 160 metros de caída en un cañón muy cerrado y lleno de vegetación. Realmente me hubiera encantado probar, pero ya había preguntado y no había tiempo de detenernos.
El segundo día ya cruzamos la frontera (es un puente que sortea un gran río y que se cruza andando)   y pudimos notar en nuestras propias carnes como cambiaba la cosa al entrar en China. Un edificio super moderno y múltiples controles policiales, entre ellos, había uno que te obligaba a abrir absolutamente toda la maleta. Lo que buscaban principalmente eran libros que contuvieran información sobre Tibet o fotos de monjes budistas tibetanos, pero también cualquiera que tuviera un mapa de China en el que Taiwan no apareciera como parte de China. Menos mal que ya estabamos informados y arrancamos todas las páginas de nuestra guía de China que pudieran ser problemáticas y no hubo problemas. A partir de cruzar la frontera había controles casi cada 30 km donde había que enseñar pasaporte y el visado especial de Tibet.
Este segundo día causó estragos entre el grupo, ya que desde la frontera a 1700-1800 metros llegamos a pasar puertos a mas de 5100 metros, y raro fue aquel que no sintiera las consecuencias del mal de altura. Entre los que peor lo pasaron hubo vómitos, diarreas y grandes dolores de cabeza. Además, como ibamos con retraso y uno de los buses no deja de romperse cada par de horas, no llegamos al destino planificado para el segundo día y tuvimos que dormir en un albergue en un pequeño pueblo auténtico tibetano a mas de 4100 metros de altura y abrigados hasta los topes. Pese a la altura,  pudimos disfrutar de un paisaje verdaderamente de otro mundo, y cuando ya estaba anocheciendo, pese a haber nubes altas frecuentemente, pudimos contemplar a lo lejos del sol poniendose casi detrás del Sisha Pagma, uno de los 14 ochomiles.
El tercer día comenzó de manera mejor imposible, con el Cho Oyu (el ochomil mas bajo) despejado y tan cerca que parecía que se pudiera llegar en un solo día, no comments!! Más adelante pasamos por el punto mas alto de todo el recorrido y una de las carreteras mas altas del mundo (creo que la segunda), y debo decir con total certeza, que el más alto de cuanto pueda estar en el resto del viaje: 5215 metros! El resto del viaje nos condujo hasta Ghiatse, la primera ciudad grande que visitamos donde hay un gran monasterio que visitamos al día siguiente y el primer contacto con los templos y monasterios budistas tibetanos.
El cuarto día fuimos hasta Shigatse, también por parajes inolvidables, y visitamos nuevamente un gran monasterio que tenía mas de 2000 esculturas budistas.
El último día de autobus hasta Lhasa era bastante largo, pero se amenizó mucho por los paisajes, distintos a los otros días, ya que bordeamos inmensos lagos de aguas turquesas y también cruzamos un puerto por encima de 5000 metros donde quedaba un glaciar en la parte oeste muy cerca de la carretera y un pico de más de 7000 metros justo encima de nuestras narices (llegar al campamento base en coche es un lujo inigualable jeje)..así que hubo muchas paraditas para estirar piernas y hacer fotos.
La llegada a Lhasa, pese a ya estar informados, fue un verdadero shock. Lhasa es hoy en día una ciudad china super nueva (apenas llega a los 40 años que empezaron a llegar los chinos) y moderna.  Anchas avenidas, edificios nuevos, muchísimas tiendas modernas, aceras, arboles, calles limpias..Hoy en día hay muchísima mas gente que procede de China que descendientes directos de tibetanos..y además hay más militares que tibetanos. Así que mucho me temo, que jamás volverán las cosas a ser como eran...aunque parece ser que ahora los budistas tibetanos han recuperado ciertas costumbres que se les habían sido negadas, como la de dar vueltas rezando al templo que se erige enmedio de la ciudad en el sentido de las agujas del reloj. Otra cosa que nos llamó la atención  es que hay muchos muchos muchos turistas chinos, algo que me sorprendió enormemente, ya que pensaba que  era poco mas que un lujo hacer turismo, pero estaba muy equivocado. Además como ahora hay mas libertad de religión, es comprensible que vayan a Tibet, ya que es la religión predominante en China.
Más allá de esto y una vez asumido, aún queda en pie el palacio de Pothala, que es donde residía el Dalai Lama y es de los pocos edificios con carácter religioso que no fue destruido. La verdad que es digno de ver y permite sumergirte en la vida que debieron llevar los miles de monjes que allí vivían...y por curiosidad, hay una tumba de uno de los Dalai Lamas que tiene 3200 kg de oro macizo!! no sé cuanto valdrá eso, pero me da que para unas cañitas nos llega :P.
En Lhasa también visitamos un par de monasterios mas en dos días. Luego nos llegó la sopresa por parte de la agencia diciendonos que no había tren para el día que teniamos contrado, que lo “sentian mucho”. Nos cabreamos mucho porque no queriamos estar ya mas días en Lhasa y al menos conseguimos que nos pagaran la noche extra de hotel y el desayuno. Pero como no hay mal que por bien no venga, buscamos un guía para que nos llevara de excursión el día extra (necesitabamos ejercicio!!) y resultó ser todo un acierto y una alegría! El guía era un chico joven tibetano que se lo curró un montón, de camino por la excursión pasamos por un par de pequeños monasterios no vigilidos en los que apenas vivian 5 monjes. En uno de ellos un monje nos invitó a sentarnos y a tomar té y nos contó como el junto con otros monjes reconstruyeron el monasterio después de que fuera arrasado con la invasión. Esto no es nada normal, ya que tienen prohibido hablar de todo eso y mucho menos criticar a los chinos. Pero tuvimos suerte de tener un guía rebelde que se despachó a gusto y dijo que no le gustaba ningún chino y que no olvidaban lo que han hecho. Además ha intentado escapar ya dos veces cruzando el Himalaya hacia Nepal, una invierno en la que no pudo por el frío y la nieve; y otra en verano en la que no pudo cruzar el rio que separa los dos paises, porque llevaba mucha agua. Así que como imaginareis, también aprovechamos a preguntar todo lo que los otros guías no habían querido contestar (por miedo a perder sus trabajos). A parte de esto, la excursión fue maravillosa, subimos a un pico de la cordillera norte del valle de Lhasa que además que tiene algo de sagrado para los tibetanos, superaba los 4300 metros (empezamos a 3600) y pese a faltar el aliento en la subida la disfrutamos mucho.
Así que aquí nos encontramos, superando nuevos records, en el tren más alto del mundo (pasa por encima de los 5000 m.) rumbo a Chengdu, en un viaje de casi 3000kms y aún no sabemos si son 30 horas o 45..jejeje...pensabamos que eran 30, pero la chica canadiense con la que también coincidimos en el viaje desde Kathmandu y viene en el tren, dice que son 45. Pero este tren no tiene nada que ver con los indios, es super moderno, cómodo, ventanas muy amplias para ver el paisaje, tren restaurante...en fin, todo un lujo! Por cierto, a parte de las cosas negativas que he contado de los chinos, debo decir que me tienen verdaderamente admirado, y además la gente con la que hemos coincidido, pese a no poder comunicarnos, son muy muy amables y sonrientes, bastante mas que los indios y nepaliés (hasta el momento)....pero dejo mis impresiones para mas adelante, cuando haya visto más cosas del país...pero lo que es seguro, es que es mucho más moderno de lo que me esperaba.
Hasta la próxima!

Nepal

Nepal ha sido un oasis en el camino, un pequeño descanso y semana de transición entre los dos gigantes asiáticos.

Las primeras sensaciones al entrar en el país fueron, principalmente, que los nepalíes son mas amables y que tienen costumbres a mitad de camino entre las nuestras y las de India (aunque mas cerca de estos ultimos).

Para llegar a Kathmandu desde la frontera India de Sonauli me tocó coger otro “lindo” bus de 11 horas, y esta vez era bus local, así que no tenia demasiadas comodidades. Afortunadamente el viaje fue mas ameno gracias a que nos juntamos 2 suecos y otra chica española que veníamos todos desde Varanasi en el mismo tren y bus indio. En el recorrido hacia Kathmandu, pese a ir de noche, ya se iban intuyendo los increíbles valles y rios inmensos que recorren el país. Llegamos a Kathmandu por la mañana sobre las 6, con un hostal ya reservado desde la frontera para no tener que estar buscando sitio al llegar destrozados del viaje.

Al día siguiente recorrí el barrio de Thamel, que es donde se encuentran la mayoría de los hostales, restaurantes y tiendas para turistas en busca de algún hostal bueno bonito y barato para cuando llegara Dolo al día siguiente. El cambio respecto a India fue brutal, calles limpias, restaurantes para turistas, cientos de tiendas (sobre todo de material de montaña)..y por supuesto muchos mas turistas por la calle. Al final ningún sitio me convenció demasiado, así que negocié un precio algo mas bajo en el hostal donde estaba para los 6 días que íbamos a estar aquí, “prometiendo” contratar algún viaje o actividad con el manager del hostal.

Al día siguiente llegó el gran día, con algo de nervios :) fui al aeropuerto a buscar a Dolo. La espera se hizo eterna ya que salió casi 3 horas mas tarde de lo previsto porque no aparecía su maleta..aunque finalmente hubo suerte y llegó en el siguiente vuelo que venía de Delhi. Tras el ansiado encuentro, les echamos una mano a una pareja que había venido desde Madrid como Dol, Marta y Miguel, que andaban un poco estresados con la cantidad de gente que se les estaba echando encima para venderles un hostal, taxi, etc..gajes del oficio de bienvenida. Se vinieron con nosotros en el taxi y al final se quedaron también en el mismo hostal. Los días sucesivos, como hicimos muy buenas migas, compartimos algunas actividades y cenitas.

Nepal es uno de los países del mundo mas pobre en renta per capita, y me esperaba precios mas bien bajos. El problema es que todas las actividades de naturaleza que ofrece, que son infinitas, tienen precios casi europeos, así que hay gente sacándose mucha pasta mientras la mayoría viven con algo mas de un euro al día.

El primer día ya negociamos el viaje a Tibet, ya que el trámite de los visados necesita 5 días. Cruzar al Tibet es algo complicado y además muy caro (lo comparo con lo que puedes hacer con ese dinero en Nepal). Para empezar, mientras estés en el Tibet tienes que estar con un grupo organizado, con guía tibetano homologado y no puedes separarte de ellos. Además, para conseguir el permiso, has de mostrar el billete que garantiza que vas a salir de allí después de la ruta organizada, en nuestro caso, billete de tren de Lhasa a Chengdu. En fin, como curiosidad y para que a alguien le pueda servir de orientación, pagamos 470 euros (muchos sitios pedían esa cantidad pero sin incluir el billete de tren, que costaba 180$) por el trayecto Kathmandu-Lhasa que dura 5 días atravesando literalmente el Himalaya, mas dos días en Lhasa, con alojamiento y desayuno todos los días, con el visado y el billete de tren Lhasa-Chengdu. Pero sin duda puede ser uno de los momentos estrella del viaje, atravesar la cordillera hasta la meseta tibetana, ver varios ocho miles, parar en pueblos típicos tibetanos...veremos.

Esta semana en Kathmandu hemos combinado visitas culturales con actividades de naturaleza. Las plazas Durbar de Kathmandu, Patan y sobre todo la de Bakhtapur son realmente dignas de ver, llenas de templos hindúes y budistas pero de arquitectura mas parecida a la China y con poco que ver con la india, así que realmente notaba estar viviendo nuevas experiencias en el viaje. Otro día fuimos a hacer un rafting: el rafting en sí duraba algo mas de dos horas y recorríamos mas de 20 kms. Fue divertido, aunque el río no era muy constante y había zonas bastante tranquilas y luego otras donde venían las emociones fuertes y las risas flojas... pero bastante recomendable.

Y por último hoy hemos ido a escalar: después de mucho preguntar y hablar de guía en guía sin experiencia, conseguimos dar con un instructor sherpa nepalí, con experiencia también en escalada en roca. La experiencia ha sido muy chula, esta mañana el y un compañero suyo nos han recogido con dos motos y hemos ido a una pequeña zona de escalada deportiva como a una hora de Kathmandu (hay que recordar que por aquí no se estila mucho la escalada en roca, sino escalada de alta montaña o hielo). El sitio era muy bonito y tranquilo, y pasamos al lado de un pueblo que tenía varios monasterios budistas. Al final ha resultado que hemos tenido como guías a dos verdaderos sherpas, uno de ellos ha subido 6 veces ya al Everest, y el otro dos; y ambos ejercen también como instructores para los nepalíes que quieren sacarse el titulo de guía de montaña. Hemos tenido la “agradable” experiencia de encontrarnos los tobillos llenos de sanguijuelas al llegar a la base de la pared, y eso que no han sido mas de 40 minutos andando! Los guías se reían y decían que no pasaba nada, que tirando se quitan y fuera...y así ha sido, lo único que las heridas seguían sangrando como si hubieran hecho un agujero de varios milímetros..y curiosamente (y quizá peligrosamente) no te enteras ya que no duele, ni pica ni nada...pero bueno, hemos sobrevivido y ahora con unos pequeños recuerdos como si unos vampiros hubieran dejado la marca después de chuparnos la sangre. Escalando lo hemos pasado bien y he de decir que les ha sorprendido mi nivel de escalada (algo mejor que ellos)..pero repito que ese no es su fuerte, que realmente no he hecho nada del otro mundo :P

Así que ya toca cruzar una nueva frontera, mañana a las 5.45 nos recogen para ir de camino al Tibet, unas 3-4 horas hasta la frontera..y empezaremos a acusar, sin duda, el mal de altura..ya que mañana ya dormiremos a más de 3900 metros, y pasado cruzaremos sitios a mas de 5.000 metros..esperemos que nos podamos aclimatar lo antes posible.

Viendo la guía de China me ha llenado de ilusiones por ver el país, tiene una pinta increíble y ya estoy de nuevo con las pilas cargadas para, sin duda, vivir múltiples nuevas aventuras :D.

Miles de abrazos desde el “techo del mundo”